martes, 17 de noviembre de 2009

La nefritis  El pronóstico de pacientes con el diagnóstico de lupus eritematoso sistémico y compromiso renal ha mejorado significativamente en las últimas tres décadas. La razón exacta se desconoce pero es probable que una serie de factores intervengan, entre ellos un diagnóstico más temprano; incluyendo el reconocimiento de formas leves de nefritis lúpica, tratamiento efectivo de complicaciones extra-renales, como por ejemplo de drogas inmunosupresoras. En este artículo revisaremos el uso de drogas inmunosupresoras en el tratamiento del compromiso renal en lupus.

pielonefritis La infeccción puede originarse a través de tres vías:

Vía hematógena. Es excepcional, aunque se debe sospechar sistemáticamente si al paciente se le comprueba una nefritis intersticial hematógena. La septicemia es con mayor frecuencia, consecuencia en vez de causa, de la infección urinaria.
Vía linfática. La disposición anatómica de los vasos linfáticos permite, al menos teóricamente, el paso de bacterias desde las vías urinarias bajas hacia el riñón y del colon hacia el riñón derecho.
Vía ascendente. Esta vía es la más frecuente y representa el mecanismo mejor establecido. La longitud de la uretra femenina, su estrecha relación con el introito vaginal, su proximidad con el orificio anal y las propiedades de fijación bacteriana al urotelio, explican la más frecuente aparición de la enfermedad en las mujeres que en los hombres.
La infección ascendente es posible a partir de la próstata y las glándulas parauretrales que son, con alta frecuencia, lugar de infecciones crónicas particularmente difíciles de tratar.
 El riñón es un órgano sensible a la infección puesto que, a pesar de su alto débito sanguíneo, es relativamente pobre en células fagocitarias. La médula renal es la zona más propicia para la instalación de la infección; la inoculación de menos de 10 bacterias desencadena el proceso de propagación. La hiperosmolaridad, y accesoriamente, la gran concentración en iones NH4+ explican por qué la fagocitosis y la fijación del complemento están disminuidas en la zona medular.

Tratamiento:


El tratamiento se centra en evitar la formación de nuevos coágulos y en la reducción del riesgo de que los coágulos viajen a otras partes del cuerpo (embolia).
Usted puede tomar medicamentos que impidan la formación de coágulos de sangre (anticoagulantes) para detener la formación de coágulos nuevos. El médico le puede recomendar reposo en cama o poca actividad durante un período corto.
 publicado por estefani barrera 11-01